Después
del paréntesis de Bourg, retomamos nuestra ruta por el Jura, que nos
llevó hasta Baume les Messieurs, una pequeña población crecida
alrededor de una abadía real, a orillas del pequeño y cantarín río
Seille. Enclavada en el fondo de un valle coronado por farallones de
roca calcárea. Un lugar realmente encantador.
Nos
instalamos en el pequeño camping y nos dimos un paseo por la orilla
del río.
6
de julio
Amanece
soleado y nos vamos caminando por la orilla del río a ver la abadía
cluniacense. Está desacralizada y en obras, para variar, pero lo que
podemos ver es hermoso. En esta ocasión las obras son por fuera lo
que nos permite ver bien el famoso retablo flamenco del siglo XVI.
Regresamos
al camping y retomamos la ruta siguiendo el curso del Seille,
llegamos a Château-Chalon encaramado en lo alto de un cerro. Las
vistas son espectaculares, las laderas están pobladas de viñedos
que producen un vino muy famoso.

Después
de visitar el pueblo y sus distintos miradores volvimos a la
autocaravana sudando pues hacía mucho calor, tomamos la carretera
con la intención de encontrar un lugar con sombras para comer, y lo
encontramos en el aparcamiento de las reculas de Ladoye, con vistas a
otro circo de farallones calcáreos.
En el prado, al otro lado de la
carretera distinguimos un conjunto de vacas comtesas, las que dan la
leche para el riquísimo queso Comté, muy juntas como si estuvieran
parlamentando. A lo largo del viaje vimos muchos conjuntos de vacas
como ese. Se ve que a esas vacas les encanta estar apiñadas.
De
nuevo en ruta llegamos enseguida a Poligny, capital del queso Comté,
hacía mucho calor. En turismo nos dan un plano con una ruta para
descubrir la población, lo más interesante son las torres y las
fuentes. Como curiosidad decir que en un iglesia desacralizada hay
instalada una bodega.
Antes
de marcharnos de Poligny compramos muchas cuñas de queso Comté en
dos queserías diferentes. Ya teníamos el regalo para la familia y
los amigos. En una de ellas compramos también un trozo de Tomme de
flores que le llamó la atención a Tere. Aunque habíamos comprado
queso por bastante importe, cuando le preguntamos por el Tomme a la dependienta nos
dijo que era muy rico y que se comía también la corteza que estaba forrada
de flores silvestres secas, pero no se le ocurrió dárnoslo a
probar, se ve que no se estila esa práctica en Francia. Si lo
hubiéramos probado habríamos comprado más, pues estaba delicioso.
Ella se lo perdió.
El
siguiente destino, a pocos kilómetros, era Champagnole. Fuimos
directamente al área de autocaravanas, que está junto al camping.
Estaba bastante retirada del centro de la población. Como en
principio no tenía mayor atractivo decidimos saltarnos Champagnole y
llegar hasta el siguiente destino Nozeroy. En el corto camino pasamos
por bosques de abetos preciosos, me hizo recordar que hace bastantes
años viendo una etapa del Tour de Francia que pasaba por la zona me
surgieron ganas de conocer el Jura, por fin lo estaba haciendo.
Nozeroy,
también encaramada en un cerro, fue durante un corto periodo la
capital de Borgoña. Según vamos llegando vemos en la ladera del
cerro las autocaravanas aparcadas en el área en la que queríamos
pernoctar. La carretera se alejaba del aparcamiento, bordeando el
pueblo había señales indicando el área que de pronto desaparecían,
la engañifa mala del día. Isabel, era incapaz de llevarnos
hasta allí, así que después de dar dos vueltas por el pueblo y sus
alrededores optamos por aparcar en un ensanche de la carretera e ir
caminando para descubrir el acceso. El área era de pago, 6€, no
había donde pagar, supusimos que por la mañana pasaría alguien del
ayuntamiento a cobrar. Antes de acabar el día dimos un paseo por el
pueblo y descubrimos una señal de tráfico que parece una broma.
Al
llegar al aparcamiento contemplamos, entre los árboles, un bella
puesta de sol.
7
de julio
Después
de desayunar nos marcharnos a recorrer el pueblo, no ha aparecido el
funcionario municipal a cobrar, de momento.
Nozeroy
tiene un recinto amurallado, dos hermosas torres-puerta, los restos
del castillo, una iglesia del siglo XV y muchas casas con blasones.
En realidad son dos calles paralelas a las que se accede por las
torres-puerta y rodeadas por las murallas rematadas en el castillo.
En la plaza se conservan un grabado de 1787 con el plano de la
población y en él se detallan los propietarios de todas las
viviendas.
Nos
vamos de Nozeroy rumbo a Pontarlier, dejamos el Jura para entrar en
el departamento de Doubs, también del Franco-Condado. Nos ha gustado
mucho el Jura, hemos estado muy a gusto, volveremos.
En
Pontarlier nos vamos directos al camping; cuando llegamos la mujer
que hay en recepción nos dice que como es midi, no nos puede atender
que nos instalemos donde queramos y pasemos a inscribirnos y pagar a
partir de las 4 de la tarde. Aparcamos y nos recorremos el camping
buscando la plaza que más nos guste, no acabamos de decidirnos por
ninguna, la que tiene sombra tiene barro, la que no tiene barro tiene
plazas con barbacoas mal olientes en los alrededores. Entre que no
acaba de convencernos ninguna y que está lejos del centro, decidimos
marcharnos a un aparcamiento que habíamos visto junto a la estación
de ferrocarril. Por una vez el horario francés jugó a nuestro
favor.
Después
de comer nos acercamos a visitar la abadía de Montbenoit a pocos
kilómetros de Pontarlier, la carretera circula paralela al río
Doubs, que da nombre al departamento y que nos acompañará durante
los próximos días. Tiene muy buena pinta y decido que mañana
intentaré comprar el permiso para pescar en él.
De
la abadía, construida entre los siglos XII y XV, destacan la
sillería del coro, un viacrucis esculpido en la pared y el claustro.
Montbenoit
es la capital de la “República del Saugeais”. Esta es la curiosa
historia de la “república”:
En
1947, el señor Ottaviani, prefecto del departamento de Doubs, fue a
Montbenoit para asistir a un acontecimiento oficial. El prefecto
tenía un almuerzo en el hotel Abadía de Montbenoit, propiedad de
Georges Pourchet, y éste le preguntó: ¿Tiene usted un permiso para
entrar en la República de Saugeais? Al pedir el prefecto detalles
sobre la república misteriosa, Pourchet inventó una historia sobre
la marcha.
El
prefecto siguió la broma designando a Pourchet como presidente de la
República Libre de Saugeais. Pourchet murió en 1968 y su esposa
Gabrielle (1906-2005) fue elegida presidente de la República en
1972. Tras su elección, la presidente Gabriela Pourchet designó un
primer ministro, un secretario general, 12 embajadores y más de 300
ciudadanos honorarios. Una canción humorística, escrita en el
dialecto local (patois) por Joseph Bobillier en 1910, fue adoptada
como el himno nacional de la República, y el coronel Henri de St.
Ferjeux creó una bandera y un escudo en 1973. Jean Delpech grabó un
sello postal admitido por el Servicio Postal francés que conmemora
la República en 1987, y fue creado un billete de banco en 1997
coincidiendo con los 25 años de Gabrielle Pourchet en la
presidencia, admitiéndose en el «territorio» de la República para
compra de recuerdos en la Oficina de Turismo.
Gabrielle
Pourchet falleció el 31 de agosto de 2005 a los 99 años, y está
enterrada en la Abadía de Montbenoit.
El
28 de enero de 2006, un consejo formado por 30 representantes de las
once aldeas que forman la República se reunió en Montbenoit, la
capital, y votaron para elegir nuevo presidente, resultando elegida
Georgette Bertin-Pourchet (1934), hija de George y Gabrielle.
En
2007, la República cuenta con Presidente, Primer Ministro,
Secretario general (M. Louis Perrey), 2 aduaneros, 12 embajadores, y
más de 400 ciudadanos. Tiene un «visado» de cortesía entregado
por la Sra. Presidente que permite circular libremente en todo el
territorio.
Abandonamos
la república y volvemos a Pontarlier, en el aparcamiento de la
estación encontramos una plaza estratégicamente situada en una
esquina y con sombra. Nos vamos a recorrer la ciudad. Como es domingo
por la tarde casi todo está cerrado, al fin encontramos una oficina
de loterías-tabacos abierta y pregunto por la licencia de pesca. El
dependiente, muy amable sale a la calle y me indica donde está la
tienda de pesca en la que puedo comprar la licencia. Nos acercamos
hasta ella y.... resulta que además de los domingos cierra los
lunes, habrá que buscar otra solución. Hace calor y tenemos sed,
nos vamos a un parque junto al río a buscar una terraza para tomar
algo. No hay terraza en el parque, cosa que es bastante habitual en
Francia, no existen terrazas para beber en los parques, a lo sumo
existen sitios para comer. Después de dar unas cuantas vueltas al
fin encontramos una terraza en sombra en la calle principal y allí
nos sentamos a refrescarnos y a satisfacer nuestras necesidades
fisiológicas, o sea a orinar.
Visitamos
su bella iglesia, tiene hermosas vidrieras modernas, una curiosa
virgen negra y una impresionante torre-campanario. En el otro extremo
de la calle principal está la puerta del reloj.
Pontarlier
es conocida como la capital de la absenta, y en ella existen unas
cuantas destilerías de este licor. Al final de la calle principal
hay un puente sobre el río Doubs, un cartel explica una historia muy
curiosa: el 11 de agosto de 1901 se declaró un incendio en la
destilería Pernod, un trabajador, ante el riesgo de que se
incendiaran los depósitos de absenta decidió abrir los grifos y
verter el contenido en el río. La población cuando se percató del
hecho empezó a lanzarse al río a tomar el aperitivo gratis. Se
cuenta que los soldados que habían acudido a sofocar el incendio
bebían absenta llenando sus cascos. Este curioso hecho sirvió para
descubrir que el río Loue, hasta entonces considerado un afluente
del Doubs, es en realidad una surgencia del mismo, ya que al cabo de
unos días, por la fuente de la Loue (una cueva de la que mana el río
a unos cuantos kilómetros de distancia y que hasta ese momento era
considerado como su nacimiento), empezó a salir agua anisada con el
olor, el color y el sabor de la absenta.
Había
sido un día sin engañifas de ningún tipo. Antes de acostarnos
contemplamos, en la lejanía, unos fuegos artificiales.
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