El Franco Condado
Dejamos
atrás los Alpes y nos dirigimos al departamento del Jura, el más al
sur de los que forman el Franco-Condado. Nos esperaban más de dos
semanas de descubrimiento de estas tierras menos conocidas, menos
afamadas pero muy hermosas, llenas de secretos dignos de ser
descubiertos. No existe un camino vertebrador sobre el que trazar la
ruta, es un dédalo de carreteras en el que hay muchos lugares
interesantes, todos muy cercanos, y el itinerario que elegimos nos
hacía pasar varias veces muy cerca de otros destinos a los que
iríamos después. Pero la orografía, el trazado de las carreteras y
la escasa información que había en las guías que manejábamos
dificultaba mucho la labor, Tere que se encargó de esta parte del
viaje las pasó canutas, pero al final su esfuerzo se vio
recompensado e hicimos un recorrido estupendo e inolvidable.
1
de Julio
Nuestro
primer destino era St. Claude, ya en el camino pudimos comprobar las
primeras diferencias con lo que dejábamos atrás. Los montes eran
más bajos, muy boscosos. Otra diferencia que notamos enseguida era
que en el Jura conducían de forma mucho más relajada que en Saboya.
Llegados
a St. Claude aparcamos en el área de autocaravanas y nos fuimos
andando hacia el centro; para llegar se pasa por un alto viaducto con
estupendas vistas. La Catedral estaba en obras por fuera. Lo más
interesante era la sillería del coro, a ella nos dirigimos y
empezamos a verla con detenimiento, se nos acercó una señora
encantadora y se ofreció a explicarnos, si queríamos, la historia y
el contenido de la sillería. Le dijimos que si hablaba despacio la
entenderíamos sin problema. Nos contó que había viajado mucho por
España, conocía Santander, Granada, Segovia, Sigüenza, Toledo...
pero ya hacía mucho tiempo y había olvidado el español.
La explicación de la sillería y sus figuras fue detallada y amena.
Hay verdaderas obras maestras entre las figuras talladas. Como anécdota contaré que Tere había notado diferencias entre las tallas de las sillas de la derecha y las de la izquierda, se lo comenté a la señora y nos dijo que había sufrido un incendio y se reconstruyeron las de la izquierda después del mismo y por tanto estaban hechas por otras manos. Según contó en una ocasión un ciego, que apreciaba las figuras con las manos, lo notó y dijo que estaban hechas por artistas diferentes. Salimos de la catedral muy contentos de haber tenido la suerte de encontrar a esa señora tan encantadora.
La explicación de la sillería y sus figuras fue detallada y amena.
Hay verdaderas obras maestras entre las figuras talladas. Como anécdota contaré que Tere había notado diferencias entre las tallas de las sillas de la derecha y las de la izquierda, se lo comenté a la señora y nos dijo que había sufrido un incendio y se reconstruyeron las de la izquierda después del mismo y por tanto estaban hechas por otras manos. Según contó en una ocasión un ciego, que apreciaba las figuras con las manos, lo notó y dijo que estaban hechas por artistas diferentes. Salimos de la catedral muy contentos de haber tenido la suerte de encontrar a esa señora tan encantadora.
Nos
dimos una vuelta por las calles del caso viejo de la ciudad, vimos
algún edificio muy interesante y encontramos una bella engañifa.
Volvimos
a la autocaravana y nos dirigimos a lago de Vouglans, comimos en uno
de sus aparcamientos y luego bajamos hasta la orilla, vimos tres
chiringos donde podíamos tomar un café, fue imposible, dos estaban
cerrados y en el que estaba abierto no funcionaba la cafetera.
Continuamos
camino y atravesamos el lago, en realidad un embalse del río Ain,
por el puente de la Pila. Una gran obra de ingeniería.
El
destino final del día era el lago Chalain, éste si natural, y
entramos en el camping del Domain du Chalain. Se trata de un
complejo vacacional de enorme extensión con muchas instalaciones,
playas, las ruinas de un castillo, bares, supermercado...
Aprovechamos para poner un lavadora y conectarnos a internet para
tener noticias del mundo, de la familia y de los amigos.
2
de julio
Amanece
con buen tiempo y nos vamos en la moto a las cascadas del Herisson.
Se trata de un conjunto de saltos de agua en el curso del río
Herisson (erizo) a lo largo de unos 3,5 km, realmente espectaculares.
No hicimos el recorrido completo pero sí que vimos las cascadas más
bellas.
Regresamos
al camping, nos dimos un reconfortante baño en el lago, comimos,
hicimos siesta y por la tarde
nos dimos un largo paseo por las
orillas del lago maravillados por el color de sus aguas, encontramos
y comimos muuuchas fresas silvestres; nos resultaron muy curiosas
unas babosas de color naranja que encontramos por el camino. También
descubrimos la existencia de una playa nudista en el lago.
Volvimos
al camping, estuvimos un rato conectados a internet, preparamos la
cena y comenzó a llover.
3 de julio
Toda la noche estuvo lloviendo, después de recoger nos pusimos en camino hacia Lons le Saunier, por el camino no dejó de llover, la carretera pasaba por colinas y valles boscosos, lástima de lluvia que nos impidió disfrutar del paisaje, afortunadamente los conductores de la zona eran muy tranquilos y no tuvimos ningún agobio.
Toda la noche estuvo lloviendo, después de recoger nos pusimos en camino hacia Lons le Saunier, por el camino no dejó de llover, la carretera pasaba por colinas y valles boscosos, lástima de lluvia que nos impidió disfrutar del paisaje, afortunadamente los conductores de la zona eran muy tranquilos y no tuvimos ningún agobio.
Llegamos
a Lons y nos dirigimos al aparcamiento que teníamos previsto, toda
la zona estaba en obras y resultó complicado acceder a él, cuando
por fin lo conseguimos comprobamos que no podríamos pernoctar pues
al día siguiente había mercado y no se permitía el aparcamiento a
partir de las 12 de la noche, así que tendríamos que buscar otro
sitio para dormir. Fuimos a la oficina de turismo, nos acercamos al
balneario-spa a informarnos del funcionamiento y reservar un masaje
para el día siguiente, solo tenían un hueco y Tere insistió en que
me lo diera yo, así que lo reservé a mi nombre.
Después
de comer, había dejado de llover, tomamos un rico café en un bar y
nos reímos un rato con un libro de chistes que tenían en la barra.
Comenzamos la visita de la ciudad, la lluvia aparecía de vez en
cuando, nos gustó mucho el Hotel-Dieu, que al parecer tiene una
hermosa farmacia antigua que no pudimos visitar. Está fue la primera
de las farmacias de este tipo con las que nos topamos y que por unas
causas u otras nos fue imposible visitar.
Tere
quería ir a la peluquería y como ya era tarde solo encontró una en
que la atendieran, más le valía no haberla encontrado, le cortaron
el pelo, mal y caro, salió cabreada y con toda la razón.
Seguimos
el recorrido de la ciudad de fuente en fuente según la propuesta del
folleto de turismo, en el recorrido nos gustó la Iglesia de St.
Desiré, en especial su cripta del siglo XI.
También nos llamó la atención la iglesia de los Cordelières con su fachada renacentista. En el dintel de la puerta se conserva la inscripción LIBERTÉ, EGALITÉ ET FRATERNITÉ, durante la revolución francesa la iglesia se secularizó, hoy vuelve a estar dedica al culto, pero se conserva la inscripción.
Acabamos el recorrido en la fuente de agua salada que dio origen a la población en tiempo de los romanos, es un manantial de agua caliente y salada, que hoy es canalizada hasta el balneario.
También nos llamó la atención la iglesia de los Cordelières con su fachada renacentista. En el dintel de la puerta se conserva la inscripción LIBERTÉ, EGALITÉ ET FRATERNITÉ, durante la revolución francesa la iglesia se secularizó, hoy vuelve a estar dedica al culto, pero se conserva la inscripción.
Acabamos el recorrido en la fuente de agua salada que dio origen a la población en tiempo de los romanos, es un manantial de agua caliente y salada, que hoy es canalizada hasta el balneario.
En
los alrededores de la fuente está el museo de la quesería de la
Vache qui rit,
que dispone de un gran aparcamiento del que tomamos nota, pues teníamos pendiente elegir lugar de pernocta.
Necesitábamos tomar agua limpia y vaciar los depósitos de aguas usadas, así que decidimos ir al camping, había unas cuantas calles en obras y nos resultó muy difícil acceder, el gps en un primer intento nos llevó a un lugar equivocado, en la segunda ocasión se empeñaba en darnos una vuelta por la autovía, nosotros veíamos el camping al fondo, justo al otro lado de un puente bajo la autovía, así que ignoramos a Isabel y entramos en el camping, que estaba bastante retirado del centro por lo que sólo lo usamos para tomar y vaciar aguas. Después de ver otros dos aparcamientos elegimos quedarnos en el que habíamos visto junto al museo de La vaca que ríe. Había una buena plaza disponible al fondo del mismo, y allí nos metimos, en esta ocasión la lluvia fue nuestra aliada pues gracias a ella se suspendió un concierto que había previsto allí. Si se hubiera celebrado el concierto el aparcamiento estaría hasta los topes de coches.
que dispone de un gran aparcamiento del que tomamos nota, pues teníamos pendiente elegir lugar de pernocta.
Necesitábamos tomar agua limpia y vaciar los depósitos de aguas usadas, así que decidimos ir al camping, había unas cuantas calles en obras y nos resultó muy difícil acceder, el gps en un primer intento nos llevó a un lugar equivocado, en la segunda ocasión se empeñaba en darnos una vuelta por la autovía, nosotros veíamos el camping al fondo, justo al otro lado de un puente bajo la autovía, así que ignoramos a Isabel y entramos en el camping, que estaba bastante retirado del centro por lo que sólo lo usamos para tomar y vaciar aguas. Después de ver otros dos aparcamientos elegimos quedarnos en el que habíamos visto junto al museo de La vaca que ríe. Había una buena plaza disponible al fondo del mismo, y allí nos metimos, en esta ocasión la lluvia fue nuestra aliada pues gracias a ella se suspendió un concierto que había previsto allí. Si se hubiera celebrado el concierto el aparcamiento estaría hasta los topes de coches.
4
de julio
Ha
estado lloviendo toda la noche, a primera hora de la mañana nos han
despertado el camión de la basura y unos perros a los que habían
sacado a hacer sus necesidades por allí, pero nos hemos vuelto a
dormir. Habíamos acertado con el sitio. Parecíamos italianos,
maestros en localizar lugares de pernocta estratégicos. Con nuestra
fiel compañera, la lluvia, nos fuimos al mercadillo. Compramos
fruta, pan de maíz y unas sabrosas alitas de pollo fritas con adobo
picante. Luego a la piscina del balneario, de agua salada a 32,5º, a
la hora prevista me dieron el masaje. A la salida ya no llovía,
comimos las alitas que habíamos comprado y nos pusimos en ruta hacia
Bourg-en-Bresse. Aunque eran pocos kilómetros decidimos hacerlos por
la autopista, después de muchos días por carreteras secundarias nos
resultó placentero. Aparcamos, según lo previsto, junto al
monasterio real de Brou. Lucía el sol, había subido la temperatura
y después de instalarnos caminamos un rato y Tere localizó una
peluquería que le inspiró y entró a ver si le arreglaban algo el
desaguisado del día anterior, mientras tanto yo me dí una vuelta
por la zona, fotografié por fuera el grandioso monasterio y me
enteré de los horarios de los autobuses al centro.
Tere
salió contenta de la peluquería, tomamos el autobús y nos fuimos a
localizar turismo, allí nos atendió una simpática y eficaz mujer,
hija de valenciano, que nos dio mucha información de la ciudad y de
la zona.

Bourg-en Bresse, capital de la comarca de la Bresse, es conocida entre otras cosas, por la cría de los pollos de Bresse denominación de origen de unas aves con las patas de color azulado.
Ese día se inauguraba una exposición de esculturas de pollos y huevos, muchas de las cuales vimos en nuestro callejeo.
En
nuestro plan de viaje inicial Bourg-en Bresse figuraba al final del
mismo. Sin embargo modificamos el plan para poder coincidir con
nuestros primos que se desplazaban ese fin de semana desde la Turena,
donde viven, hasta Riegnier para ver a sus hijos y nieta. Así que
acordamos hacer una cita para vernos, aunque solo fueran unas horas.
En la tarde del cuatro de julio les llamé para concretar la cita del
día siguiente y justo en ese momento estaban mirando en internet el
plano de la ciudad y preguntándose donde estaba el ayuntamiento,
como estábamos al lado de él, salí corriendo para decirles el
nombre de la plaza. ¡Mi respuesta fue más rápida que la de
internet!. Al final acordamos que vendrían a aparcar por la zona del
monasterio de Brou y allí nos veríamos.
Terminamos
el recorrido por la ciudad y nos volvimos al aparcamiento del
monasterio. En los jardines del mismo había un concierto, que no
duró mucho y nos permitió dormir con mucha tranquilidad.
Antes de acostarnos nos dimos un paseo para ver el monasterio iluminado y hacer alguna foto nocturna del mismo.
Antes de acostarnos nos dimos un paseo para ver el monasterio iluminado y hacer alguna foto nocturna del mismo.
5 de julio
A
primera hora visitamos el monasterio, esta vez por dentro, es
realmente espectacular aunque se encuentra en reconstrucción y hay
bastantes zonas con andamios. Es nuestro sino, siempre encontramos
monumentos en obras. En uno de sus tres bellos claustros, unos
paneles cuentan la historia de la fundadora del monasterio Margarita
de Austria hermana de Felipe el Hermoso. Debido a las obras no
pudimos ver las tumbas de Margarita, ni la de uno de sus esposos,
Filiberto de Saboya. Al parecer son obras maestras de la escultura
renacentista.
A
medio día llegaron nuestros primos, comimos juntos y nos bajamos al
centro de la ciudad a tomar un café, les hicimos una visita rápida
de lo más interesante de Bourg.
Me encantó hacer de cicerone de unos franceses en Francia. Regresamos al aparcamiento y nos despedimos, ellos seguían camino a casa de los hijos. Nos hicimos una foto juntos, que quedó un poco azulada, debido a un error mío, parecemos pitufos.
Me encantó hacer de cicerone de unos franceses en Francia. Regresamos al aparcamiento y nos despedimos, ellos seguían camino a casa de los hijos. Nos hicimos una foto juntos, que quedó un poco azulada, debido a un error mío, parecemos pitufos.
Nosotros volvimos al centro a visitar la Iglesia de Notre-Dâme, pendiente del día anterior. Lo que más nos gustó fue la sillería, especialmente su bestiario.
Antes
de llegar al aparcamiento descubrimos otra simpática engañifa.
Habían
sido poco más de 24h las que pasamos en Bourg, que nos dejaron muy
buen sabor de boca, es una ciudad muy alegre, con un rico patrimonio.
Entre lo que nos quedó pendiente lo que más rabia nos dio fue no
poder ver la antigua farmacia del Hotel-Dieu. Solamente se puede
visitar los sábados en visita guiada a las 14h. ¡Los franceses y
sus horarios!.
Otra confirmación: Jesús y Teresa parecían guías oficiales de Bourg. ¡Se lo sabían TODITO! Esos momentos siempre saben a poco pero merecen la pena. Marie
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